Instrucciones para la correcta lectura de mitologías crípticas


Miguel Ángel Asturias, "Leyendas de Guatemala".
(En cursiva coloreada, interpretaciones libres, únicas con valor de verdad.)

Leyenda del Volcán (fragmento)

Algo que se quebró en las nubes sacó a los tres hombres de su deslumbramiento.
Dos montañas movían los párpados a un paso del río:
(...)
La que llamaban Hurakán (origen mitológico del Globo), montaña de nubes (se refiere al tiki-tiki), subió al volcán a pelar el cráter con la uñas (hace alusión al "cuchillo entre los dientes" de Goltz).
El cielo repentinamente nublado, detenido el día sin sol, amilanadas las aves que escapaban (River) por cientos de canastos, apenas se oía el grito de los tres hombres que venían en el viento, indefensos como los árboles (la defensa de Newells) sobre la tierra tibia
En las tinieblas huían los monos (Boca), quedando de su fuga el eco perdido entre las ramas. Como exhalaciones pasaban los venados (Tuzzio). En grandes remolinos se enredaban los coches de monte, torpes (Ayala), con las pupilas cenicientas.
Huían los coyotes (Gimnasia Y Esgrima), desnudando los dientes en la sombra al rozarse unos con otros, ¡qué largo escalofrío...! (el pecho de los hinchas de San Lorenzo)
Huían los camaleones, cambiando de colores por el miedo (Migliore); los tacuazines (Brazenas), las iguanas (Gareca), los tepescuintles (Brazenas), los conejos (Saviola), los murciélagos (Beligoy), los sapos (Asad), los cangrejos (Islas), los cutetes (Brazenas), las taltuzas (Brazenas), los pizotes (Brazenas), los chinchintores (Brazenas), cuya sombra mata.
(...)
Y a grandes saltos empezaron a huir las piedras (Arsenal), dando contra las ceibas, que caían como gallinas muertas (obvio) y a todo correr, las aguas, llevando en las encías una gran sed blanca (la de Maradona), perseguidas por la sangre venosa de la tierra.
Nido vio desaparecer a sus compañeros (...) Y en vano esperó después la voz de su corazón, renaciendo en cambio, a manera de otra voz en su alma, el deseo de andar hacia un país desconocido (Argentina). Las arenas del camino, al pasar él convertíanse en alas, y era de ver cómo a sus espaldas se alzaba al cielo un listón blanco, sin dejar huella en la tierra (el globo).
Dulce regreso de aquel país lejano en medio de una nube de abalorio (el globo). El Volcán apagaba sus entrañas —en su interior había llorado a cántaros la tierra lágrimas recogidas en un lago, y Nido, que era joven, después de un día que duró muchos siglos (100 años de locura y de pasión), volvió viejo, no quedándole tiempo sino para fundar un pueblo de cien casitas (Parque Patricios) alrededor de un templo (El Palacio Ducó).


(Por el Ilustre Desconocido en yunta con Miguel Ángel Asturias)

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