¡Nazi! ¡Uruguaya!

"¡Me ha tratado de nazi, pero no es la primera vez! Otra vez me trató de abanderada de los uruguayos... Estoy acostumbrada...", dijo al borde de las lágrimas la senadora Negre de Alonso, refiriéndose a los dichos del senador Pichetto.



(2:20 > 2:26, no vale la pena escuchar el resto, pero sí verla llorar al final, muy cómico)


El triunfo del amor arranca lágrimas condenadas de amargura, lágrimas con sabor a poder que se apaga, que se diluye entre las masas que se besan y aman sin pedirle permiso a aquel dios virgen y retrógrado. Pero también desata la alegría de sentir la libertad.


(Por Nico)

Grandes Gritos del Rock (XXI) - La reina de las voces

Furiosas lentejuelas negras que encandilan reflectores; una silueta ajustada y provocativa que se contornea y fluye en sinigual amalgama de luz y sonido; dientes como centinelas de un tesoro, como antesala del milagro; un puño apretado en dirección al cielo, ofrendando el don que acaso desde lo alto le fue otorgado. La soberana británica que no era británica sino asiática y tercermundista; voz de voces desde los estragos del imperio.

Sus elecciones siempre fueron llamativas. Eligió un polémico nombre para la banda, sin miedo de ser acusado de homosexual. Eligió componer una rapsodia que fue la más hermosa y extensa pieza de rock de la historia. Eligió un nombre que no era de él, pero no renegó de sus raíces. Eligió coronarse reina en vivo, ante millares de ojos que no podían parar de aplaudir. Eligió ser diferente cuando serlo implicaba ser señalado y morir. Eligió ser el mejor cuando había muchos mejores. Y el destino eligió que no fuera inglés cuando todos eran ingleses; el mejor de todos los tiempos, y no era inglés.

Farrokh Bomi Bulsara nació en la India los años '40, cuando todavía se arrastraba bajo las armas de la Corona Británica. Casi 30 años después era Freddie Mercury y su recuerdo sería indeleble. Falleció en Londres a los 45 años. La voz más hermosa del rock nunca había estudiado canto.

Pero quería cantar, y algo de eso sabía...

"You can be anything you want to be
Just turn yourself into anything
you think that you could ever be"


Coordenadas:
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Para ver

Responsable: Freddie Mercury
Obra: Innuendo
Frase: "'Till the eeeeeeend of tiiiimeee!"
Momento: 6:10 > 6:13

¡Que grite el rock!



(Por Nico)

La matemática hace mal - HOY: "Un hotel increíble", Fascículo 2

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SOLICITADA AL PÚBLICO
La Redacción solicita a los infinitos visitantes que dejen de nombrar a Paenza porque se nos va a materializar y ahí quién lo para.
Muchas gracias.
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Y un día llegó al hotel infinito el dueño de una famosa agencia de turismo. Estaba desahuciado. Llamó al conserje mientras se aflojaba la corbata en gesto de ahogo.

- Son millones... ¡Millones de millones!-, balbució.
- ¿Eh?-, respondió el conserje.
- Infinitos... Infinitos huéspedes quieren hospedarse aquí. Ya les expliqué que el hotel está completo, pero no quieren entender.
- Bueno, cálmese, ¿hay chinos?
- ¡Muchísimos! ¡Le diría que infinitos!
- ¿Pero hay más chinos que cristianos?
- Hay infinitos chinos e infinitos cristianos. Pero los chinos son muchísimos más.
- Entiendo. Déjeme ver cómo lo solucionamos.

El conserje se enfrentaba a un problema magno: ¿cómo alojar infinitos huéspedes en un hotel infinito, pero lleno de infinitos huéspedes? Era muy pillo, muy pillo este señor. Así que tomó el micrófono que lo conectaba a las infinitas habitaciones e hizo el siguiente anuncio: "Su atención, por favor. Siendo que ha arribado un contingente de infinitas personas, incluyendo infinitos chinos, es necesario que se relocalicen. Cada huésped deberá trasladarse a la habitación con el número que surge de multiplicar por dos el número de su habitación actual".

De esta manera, el habitante de la habitación 1 pasó a la 2, el de la 5, a la 10, el de la 123, a la 246, etcétera. Así quedaron ocupadas las infinitas habitaciones pares, por lo que las impares quedaron libres (cualquier multiplicación por dos da como resultado un número par). Entonces el conserje ubicó a los infinitos nuevos huéspedes en las infinitas habitaciones impares y el problema fue resuelto.


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Ñoñalejas:
- Infinito más infinito es igual a infinito.
- Hay tantos números pares como números, pues ambos conjuntos son infinitos.


(Por Nico)

La matemática hace mal - HOY: "Un hotel increíble", Fascículo 1

Había en aquellos tiempos un hotel en el espacio intergaláctico. Era un hotel colosal, con infinitas habitaciones. Un día, el hotel estaba lleno de infinitos huéspedes. La condición para hospedarse en el peculiar hotel inagotable era cambiarse de habitación cada vez que lo solicitara el conserje. Llegó entonces un viajero cósmico, que se presentó a la recepción:

- ¡Ea! Que soy un viajero cósmico y deseo morada -, dijo.

- El hotel está lleno -, respondió el conserje.

- No me dejés tirado -, replicó el viajero.

- Veré qué puedo hacer -, dijo el conserje terminándose una empanada de pollo a las finas hierbas.


¿Cómo hacer para alojar un huésped más en un hotel infinito, repleto de infinitos huéspedes?


El conserje no era logi. Mediante un micrófono comunicó a todos los infinitos huéspedes que se trasladaran a la habitación que tuviera el mismo número que la actual más uno. Es decir, el huésped de la habitación 1 iría a la 2, el de la 2, a la 3, el de la 124, a la 125 y así sucesivamente. Entonces, la habitación 1 quedó libre y allí pudo alojarse el nuevo viajero.


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Moraleja ñoña:

Infinito más uno es igual a infinito.


(Por Nico)

La matemática hace mal - HOY: "La Biblioteca de Babel", Parte 2

Entonces tuve una epifanía en Punta del Diablo. Balanceábame yo plácidamente en una hamaca paraguaya y meditaba acerca del cuento, de la biblioteca, de la cantidad de libros, de Borges. Una charla con mi compañera me había abierto los ojos a una nueva forma de entender el relato, mucho más sencilla, mucho más profunda. Y así concluí que la primera solución que di, la de los cálculos, era incompleta, absurda e innecesaria, típica de un ingeniero. Intenté olvidar todo y recomenzar; llegué a algo bastante más interesante y cercano, supongo, a lo que el autor del cuento pretendía.

Hete aquí, despiadado lector, mi segunda y definitiva solución al problema:


Observación sobre "La Biblioteca de Babel", de J. L. Borges
(o "Pequeña Refutación del Cálculo Matemático")

El número de libros que resulta de la biblioteca ideada por Borges es arbitrario (25 ^ 1.312.000). Esto es así porque las cifras que describe el autor también lo son (410 páginas, 40 líneas, 80 caracteres, 25 símbolos). Pensando en el tema, resulta claro que a mayor capacidad de los libros, mayor la cantidad de libros que resultaría. Es decir, si los libros fueran más gruesos, deberían ser muchísimos más para agotar todas las combinaciones posibles. Notar esta curiosidad me llevó a pensar lo contrario: a libros más pequeños, menor cantidad de libros necesarios para completar la biblioteca. Entonces si los libros fueran de 10 páginas, bastarían 25 ^ 32.000 volúmenes para registrar todo lo que puede escribirse. Siendo que el número de libros resultantes en la biblioteca de Borges es arbitrario, modificar las cifras no modificaría el resultado final, que es una biblioteca que contiene todo lo que puede escribirse con los símbolos dados. Además, el hecho de que los libros tengan un tamaño más limitado tampoco trae problemas en cuanto a la registración de textos más grandes, pues ocuparían tantos volúmenes como fuera necesario (esto también sucedería en la biblioteca de Borges); o sea que al reducir el tamaño de los libros y, por consiguiente, su cantidad, seguiríamos teniendo registradas las mismas combinaciones que en la biblioteca de Borges. Ahora bien, al llevar esta idea al extremo (práctica matemática habitual), nos encontramos con lo siguiente: si en cada libro cupiera un único caracter, bastarían 25 libros para completar la biblioteca. Siguiendo la línea de pensamiento, esta biblioteca de 25 libros con un caracter diferente cada uno sería análoga en contenido a la biblioteca de Borges y a la de libros de 10 páginas, y entonces podríamos tener encima de una mesa lo que antes ocupaba millones de millones de Universos de espacio.

En conclusión, Borges utiliza algo que entendemos como un "artificio matemático" para explicar la noción de infinito y las cuestiones de los transfinitos. Lo interesante es que su biblioteca de Babel tiene exactamente la misma utilidad (o inutilidad) que la nuestra de 25 volúmenes. Navegar su biblioteca es tan vago como navegar las letras del alfabeto; la información que contiene en sí esa biblioteca es la misma que contiene el conjunto de símbolos utilizados, o sea, ninguna. En todo caso, es como dice Borges: la biblioteca es ilimitada y periódica, sin importar su tamaño, tal como lo es lo que podemos escribir con sus símbolos. Esto sería para Borges una alegoría del Universo, que nombra desde la primera oración del relato.


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(La biblioteca infinita se escribe en un renglón; el Universo cabe en la mochila de cualquier niño.)


(Por Nico)