Devuélvanmen al editor - Día 1

La escalera era una premonición. Una espiral ascendente con descansos minúsculos, a la izquierda del hall de entrada.
“Va a ser duro”, se dijo, sin imaginarse siquiera el sentido de la frase y por qué su cabeza era receptáculo de frases hechas si estaba solo y no debía decir nada por compromiso para nadie, se sentía tonto pero tampoco para tanto teniendo en cuenta que los últimos peldaños de la escalera los hizo apoyando la palma abierta de sus manos en el muslo a la altura de la rodilla, pensar era demasiado.
Poco ruido de oficina. Misión sencilla: entregar paquete a editor. Salir previa firma de recepción.
Los tres escritorios que se veían en la sala estaban completamente vacíos: ni rastro de huellas que hicieran pensar que esos muebles hayan sido usados alguna vez.
Sobre la derecha había un pasillo con varias oficinas, cuyas puertas estaban cerradas.
Apoyó el paquete en uno de los escritorios y se dirigió a la primera puerta.
“Qué poca seguridad”, se dijo, haciendo permanecer a su cabeza en la región de las estupideces.
Tenía pocas referencias de la persona que debía buscar, sabía por alguien que hacía poco tiempo había frustrado una intentona de revolución onírica perpetrada por entidades dudosas y quizá por eso le pareció raro que no hubiese algún tipo de control pero quizás no entendió bien el concepto revolucionario y no era más que perorata dialéctica pero igual la asociación era fácil. Fácil, sobre todo.
Entró a la primera oficina: vacía, sin embargo poseía signos de haber estado ocupada hacía poco: un cuadernillo y una empanada lo recibieron desde una mesita contra el rincón.
“Qué hambre”, pensó, pero no fue él sino su cuerpo quién le dio la orden de zamparse media empanada de un bocado mientras se acercaba al escritorio.
Se acercó y al mirar el monitor de la PC descubrió la siguiente frase: “Nojo tarla. Refunde cruno. Patequi concre. Nucuza nodi mila radaco queto enleyre.”
“Un mensaje en clave”, se dijo, y…

(Qué tal, soy el narrador: creo que como yo han notado que el protagonista de esta historia abusa de los lugares comunes –por no decir una vulgaridad- cada vez que se siente con autoridad para trasmitir su pensamiento, como si en eso se fuera el sentido de toda la historia. Harto de tener omnisciencia sobre este sujeto, le he propuesto a falta de una libreta y una lapicera que manifieste las ideas necesarias para la fácil comprensión del texto mediante notas mentales –como quién recuerda pagarle al sodero al otro día- para que todos lleguemos al desenlace contentos y vivos, sobre todo él)

…el día ya no estaba enmarcado en la entrega de un paquete de contenido desconocido, sino que el paradero del redactor se le hacía imperativo, lo mismo que descifrar el mensaje observado en la PC.
Se acerco al cuadernillo de la mesita buscando respuestas, abrió una página al azar y leyó: “When set to [no], BIOS configures all the devices in the system.”. Toda la tarde leyó. Antes que la desesperación lo enloqueciera, entendió que las últimas tres páginas estaban en español y oficiaban de traducción de lo que había leído anteriormente.
Nota mental: parece que en la oficina todo es en clave y sin embargo el español está ahí nomás del inglés entonces se entienden ambos por uno o en su mezcla. Y la empanada era de jamón y queso.
Dispuesto a obtener más pistas, se dirigió a la siguiente oficina.

Afuera oscurecía.


(Por el Ilustre Desconocido)

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