Caras Impagables VIII - El Duelo


No hay mejor manera de terminar un día que visitar las regiones del Hipno, allí donde moran las realidades olvidadas, para regresar al otro día odioso y soporífico con un cuerpo que no se nos acomoda.

Pero hay que dormir, que tanto. Es recomendable igualmente no abusar de la compañía del sueño, siendo él hermano de Tánatos, no podría llevarnos a buen puerto aunque quizá sí pero mejor no andar experimentando si luego no vamos a poder demostrar la tesis a menos que nos convoque un médium.

En fin...

Durmiendo el sueño de los justos, sobre un barrilete de fino fucsia remontaba una tormenta bizz bizz, con la certeza de ser pasajera azotaba lo que se iba lentamente conviertiendo en una nave-barco con motor potente bizz bizz para atarcarla de frente y descender en un atardecer de naranjas y amarillos débiles de un cielo que aún brama bizz bizz en la lejanía no contento con la derrota, decidiendo sobre campos verdes retornar a la aventura con el envión justo bizz bizz para volar con una espada vengadora cortando nubes bizz bizz, frenando truenos bizz bizz, la puta madre bizz bizz.

Abro los ojos.

Frente a mí, una abeja zumbaba expectante. ¿Reina? ¿Obrera? ¿Zángano?, la oscuridad de la noche impedía mayores detalles más allá de esos ojos compuestos que miraban con odio de antófilo mi escasa producción de polen entre lagañas; arqueando su cuerpo en posición defensiva pero como saberlo:

Yo: Veo que así son las cosas...

Abeja: (...)

Yo: Sabes que mi derrota nos iguala -arqueando una ceja-, ¿te resignas a perder para que ambos perdamos algo? -sonrisa irónica-.

Abeja: (...)

Yo: JA! No-te-toco-toco-el-aire.

Abeja: (...)

Yo: -triunfante- Tus ojos denotan resignación, demasiado sé de tus virtudes para entender que sabes que no corres peligro. ¿Te resignas a morir???

Y se resignó, nomás.

(Por el Ilustre Desconocido, bajo la administración del CORECRIN)

11 comentarios:

  1. Sea zángano, obrera o la mismísima reina de la colmena, agradezco profundamente, y pido, para mis adentros, que esto JAMAS de los JAMASES me ocurra a mi, o, literalmente, moriría...nada peor que te pique tu más temible y letal adversario

    ResponderEliminar
  2. Prefiero que me pique una abeja a que me caiga una sarten en la cabeza desde un 5to piso.

    ResponderEliminar
  3. Yo prefiero la sartén! de esa, capaz me salvo!

    ResponderEliminar
  4. En la realidad no funcionaria asi, y como absurdo no es gracioso.

    ResponderEliminar
  5. Un millón de mosquitos picándote al mismo tiempo te pueden matar.

    ResponderEliminar
  6. Pero con una sarten desde un 5to piso seguro no safas, y si safas tenes perdida de masa encefalica. O sea que quedas boludo.

    Prefiero los mosquitos, ademas que no esta probado que te mate el millon de picaduras.

    ResponderEliminar
  7. En fin... una huevada atómica los comentarios

    ResponderEliminar
  8. Si la sartén es de aluminio se abolla y no te hace nada

    ResponderEliminar
  9. Ojala que todos los habitantes del planeta sufran la picadura de una abeja al menos una vez

    ResponderEliminar
  10. Anonymous: Sos re copad@! GRACIAS por desearle la muerte a todos los abejalergícos como yo!

    ResponderEliminar